Balance de visitantes

El Palacio Episcopal de Segovia en 2023:
65 mil visitantes impulsan el turismo

En marzo de 2023, el Palacio Episcopal de Segovia reabrió sus puertas bajo la gestión del Cabildo de la Catedral, tras una extensa readaptación. Esta renovación incluyó mejoras en las instalaciones del edificio, inversión en herramientas digitales, diseño de proyectos educativos y actualización museográfica. Desde su apertura en marzo hasta diciembre de 2023, el Palacio ha recibido un total de 65.619 visitantes, convirtiéndose en el tercer monumento más visitado de Segovia, después del Alcázar y la Catedral.

El Palacio, situado en el barrio de San Esteban, ha generado un nuevo flujo de visitantes, contribuyendo a la dinamización turística y económica de la Ciudad Vieja. Los meses de agosto y diciembre destacaron por una afluencia significativa, con 11.428 y 8.594 visitantes respectivamente. Unas cifras que representaron el 21% y el 24% de los visitantes de la Catedral. Una dinámica que se produce gracias a la entrada combinada que permite el acceso a ambos monumentos.

El Cabildo ha trabajado arduamente antes y después de la apertura para vincular el Palacio con la Catedral. Este esfuerzo incluye la utilización de material informativo en formatos online y físicos, posicionamiento en buscadores y redes sociales, y la transformación de los sitios web del Palacio y de la Catedral para crear una identidad corporativa común.

El Palacio Episcopal no solo es un lugar de gran interés histórico y artístico, con 180 obras de arte en sus salas de exposición y un patrimonio original bien conservado, sino también un espacio de actividades culturales y educativas. Destacan el Escape Room, «El otro lado del Palacio», las visitas guiadas, y la tienda oficial de la Catedral, con productos relacionados con el patrimonio de ambos monumentos.

Afluencia récord en la Catedral de Segovia

La Catedral de Segovia, conocida como la «Dama de las Catedrales», ha experimentado un año de visitas excepcional en 2023, acercándose al récord previo a la pandemia. Con un total de 452.361 visitantes, la Catedral no solo ha superado las cifras de los años anteriores, sino que ha marcado el segundo mejor año en su serie histórica.

Este notable incremento refleja una recuperación total desde los años más afectados por la pandemia: 2020 vio solo 119.958 visitantes, seguido de una mejora gradual en 2021 con 215.066 entradas, y una cifra cercana a la actual en 2022 con 413.056 visitantes. El crecimiento del 9.5% con respecto al año pasado demuestra el éxito de las iniciativas implementadas para atraer a más público al monumento. Además, la tendencia de visitas ha mostrado un cambio positivo con noviembre y diciembre registrando una afluencia constante y desestacionalizada, doblando las cifras comparadas con las de 2014.

Las visitas guiadas a la torre y la Catedral ha contribuido enormemente a este éxito. La recorrido por el templo, «Conoce la Dama de las Catedrales», se ha convertido en la experiencia más solicitada, con un récord de 11.528 visitantes en el año, superando significativamente los números de 2022 y 2021.

Estas cifras no solo subrayan la importancia de la Catedral como reclamo turístico, sino que también resaltan el valor de los esfuerzos continuos por mejorar la experiencia de los visitantes.

El pronóstico para este 2024 es positivo. Se espera seguir aumentando las cifras de visitantes gracias a la apertura de nuevos espacios expositivos, como la sala de Santa Catalina y a futuros proyectos de dinamización cultural del Palacio Episcopal, también como espacio para eventos de empresas o instituciones. El compromiso del Cabildo es hacer que tanto la Catedral como el Palacio sean más accesibles y adaptados a la nueva realidad digital, manteniendo un equilibrio entre el turismo y las funciones diarias de ambos espacios.

Iluminación de Navidad

¡Únete a la magia de la temporada! El Palacio Episcopal cuenta con iluminación especial de Navidad y con horario ampliado de apertura 🎄✨

09:30 – 20:00

Más info

Cruz procesional

s.XVI
Orfebre: Antonio Oquendo

La cruz procesional simboliza la redención, el sacrificio de Cristo y su victoria sobre la muerte. . A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz. Puede denominarse también CRUZ ALZADA, que hace referencia a las cruces procesionales que se sujetan con una vara.

Cruz procesional

s.XVI
Orfebre: Antonio Oquendo

La cruz procesional simboliza la redención, el sacrificio de Cristo y su victoria sobre la muerte. . A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz. Puede denominarse también CRUZ ALZADA, que hace referencia a las cruces procesionales que se sujetan con una vara.

Rostrillo

s.XVIII
Orfebre: Lorenzo Cantero

Adorno que se coloca alrededor de la cara de las imágenes de la Virgen. El origen del rostrillo se encuentra en el complemento que usaban las mujeres para enmarcar su rostro y tapar el pelo. En el s.XVI se asocia a las viudas. Posteriormente, la escultura religiosa adopta este adorno para mostrar el luto de la Virgen por la muerte de su Hijo.

Esta pieza procede de la iglesia de San Miguel Arcángel (Segovia).

Cruz procesional

s.XVI
Orfebre: Diego de Olmedo

Habitualmente se colocan en el altar, cerca del sagrario o del lugar donde se conserva el Santísimo Sacramento. Su forma de barco en la liturgia católica está motivada por su simbolismo. Representan la Iglesia como una embarcación que guía a los fieles hacia la salvación. Durante la Eucaristía, se utilizan junto con el incensario para quemar incienso, simbolizando la oración ascendiendo al cielo.

Cruz procesional

s.XIV

Destinada a presidir las ceremonias más importantes y encabeza procesiones, entierros, así como las diversas celebraciones en que participa la comunidad católica. Se inciensa por ser signo de Salvación. Esta pieza posee alma de madera sobre la que se adhieren las chapas de plata, blanca o dorada, mediante clavos. A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz.

Asunción de la Virgen

s.XIII

Altorrelieve policromado en alabastro datado del siglo XV perteneciente a la escuela inglesa. En él se representa la Asunción de la Virgen. María es elevada al cielo por ángeles, lo que simboliza su santidad y conexión celestial. La posición de sus manos en oración, denota humildad y aceptación de la voluntad divina. La corona enfatizan su realeza y pureza; y la aureola, su santidad y presencia divina.

San Mateo

s.XV

Esta escultura en alabastro de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas, es obra de Sebastián de Almonacid del siglo XV.
 
En ella se observa a Mateo con dos de sus identificadores principales: el libro del Evangelio, y un ángel, su elemento antropomorfo. Almonacid, maestro de la transición gótico-renacentista, plasmó en la pieza la sobriedad y la humanidad propias del realismo nórdico. 

Arcángel San Gabriel

s.XVIII

Conocido como el mensajero de Dios. Simboliza la revelación y la verdad. Gabriel inspira a los fieles a escuchar su intuición y mensajes divinos, representando la comunicación, la esperanza y la fuerza.

Capitel

s.XIII

Capitel del siglo XIII, tallado en piedra caliza y de autoría anónima, que ilustra tres episodios clave del cristianismo. Un hecho que sitúa esta pieza como ejemplo de la narrativa visual medieval y el simbolismo religioso de la época.

  1. La Anunciación, en la que destaca el arcángel Gabriel mientras revela a María su destino como madre del Mesías.
  2. Tentación de Jesús, cuando rechaza a Satanás en el desierto.
  3. San Pedro portando las llaves celestiales, un presagiando de su liderazgo en la Iglesia. 

Capitel

s.XIII

Adornado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales según la moralidad cristiana medieval.

A nivel iconográfico combina rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Esta última la diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las cruzadas.

Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual de la época y que instruía sobre el pecado y la redención.

Silla de caderas

Escuela española
Primer tercio del s.XX

También conocida como florentina, dantesca o jamuga. Se trata de un asiento plegable de doble tijera, que surge en Italia durante la Baja Edad Media, como resultado de la evolución de la silla de tijera. Sin embargo, esta tipología también es común en otros países europeos. En algunos de ellos fueron asientos de honor hasta el siglo XVII.
Progresivamente pierden importancia en favor de las sillas de brazos, pero durante el siglo XIX y XX vuelven a producirse por considerarse una producción típica española. Este ejemplar imita las originales de época renacentista y posee una gemela en las colecciones del Palacio Episcopal.

Entredós

Estilo imperial
Segunda mitad del s.XVIII

El origen de este mueble se sitúa en Francia en el siglo XVIII. Se trata de un armario bajo con puertas al frente y, generalmente, de poco fondo. Su nombre procede de su ubicación más habitual, los paños de pared entre ventanas. Solían producirse en parejas y tuvo gran aceptación durante el siglo XIX.
En el centro de las puertas de este entredós hay dos escenas pintadas sobre sendas placas de porcelana. En ellas se representan arquitecturas de carácter popular. El resto del frente presenta diferentes motivos en bronce dorado a fuego.

Épergne

Escuela española
s.XIX-XX

Desde el siglo XVII se disponen en la mesa diferentes elementos que progresivamente han adoptado una función meramente decorativa. Entre ellos se encuentran los centros de mesa, el frutero o el conocido como “épergne”. Este último fue introducido desde Francia en el s.XVIII y solía utilizarse para contener cualquier tipo de comida o postre. Las argollas situadas bajo los leones alados de sus extremos podrían indicar que, inicialmente, estaba configurado por otros elementos.

Capitel

s.XIII

Decorado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales en la moralidad cristiana medieval. A nivel iconográfico combinan rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Este último atributo las diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las Cruzadas. Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual medieval, que instruía sobre el pecado y la redención.