Palacio Episcopal de Segovia

Logo del Palacio Episcopal

El Palacio

Mapa interactivo

El Palacio Episcopal de Segovia fue lugar de residencia de los obispos hasta finales del siglo XX. Se construyó en 1755 sobre los restos del Palacio de los Salcedo, del que se conserva la fachada y portada renacentista.

La visita al edificio consta de dos partes: las salas de exposición en las que pueden verse objetos de orfebrería litúrgica, escultura, pintura, textiles, etc.; y las salas nobles del palacio, que son aquellas que sirvieron de representación y vivienda a los obispos de Segovia hasta tiempos recientes.

Historia de la institución

s. XVIII-XX
Residencia de los obispos
Retrato del obispo Manuel Murillo y Argaiz
1842
Sede temporal del Museo de Segovia
Artículo de oficio del boletín oficial de Segovia (1841)
1921
Exposición Diocesana de Arte Retrospectivo
1995
Proyecto de rehabilitación del Palacio
2006 - 2013
Nuevo proyecto expositivo
2017 - 2019
Museo de Orfebrería Splendor Fidei
2021
Gestión del Palacio por el Cabildo de la Catedral de Segovia
2023
Reapertura
Acto de reapertura celebrado en el Palacio Episcopal de Segovia

Sobre el edificio

La investigación de la construcción y evolución del palacio continua gracias a la documentación conservada en multitud de archivos y el trabajo realizado por nuestro equipo de gestión cultural.

1462-1480
Familia Arias Dávila
1550 - 1635
Comienza a construirse el Palacio Episcopal
1755
Manuel Murillo y Argaiz adquiere del Palacio
s.XX
Residencia de los obispos

EL ANTIGUO PALACIO EPISCOPAL

Según Diego de Colmenares (1586-1651), sacerdote y cronista de Segovia, las primeras casas obispales de Segovia se situaban junto a la catedral románica de Santa María, que se levantaba frente al Alcázar. El claustro gótico de la antigua catedral, levantado en tiempos del obispo Juan Arias Dávila en la segunda mitad del siglo XV y trasladado posteriormente a la actual Catedral, las afectó negativamente al estrechar su espacio. En 1520 la Guerra de las Comunidades tuvo consecuencias negativas en la estructura de las casas obispales, al igual que en la antigua catedral, lo que dificultaba su uso por los prelados.

El obispo Arias Dávila, consciente de la necesidad de una sede episcopal, había levantado al lado opuesto del templo unas suntuosas casas que donó a la mesa obispal en 1472, erigiéndolas en Palacio. Aunque los destrozos del levantamiento comunero afectaron mucho a la fábrica de la catedral y a las mermadas casas obispales, no sucedió lo mismo con el Palacio Episcopal que permaneció a pesar de levantarse la nueva Catedral alejada del lugar.

La lejanía de la nueva Catedral, construida a partir de 1525 alejada del Alcázar -es decir del poder civil- y junto a la Plaza Mayor, hizo replantear a la Diócesis de Segovia un nuevo emplazamiento del palacio para los obispos. A mediados del siglo XVIII, el obispo Manuel Murillo y Argaiz decidió mudar el Palacio a un edificio más cercano y en 1755 consiguió la cesión de un palacio inacabado y abandonado durante décadas, el Palacio de los Salcedo. Al año siguiente lo derribó conservando solo la fachada, tras la que levantó un palacio de nueva planta en estilo neoclásico que hoy podemos disfrutar para la visita.

Silla de caderas

Escuela española
Primer tercio del s.XX

También conocida como florentina, dantesca o jamuga. Se trata de un asiento plegable de doble tijera, que surge en Italia durante la Baja Edad Media, como resultado de la evolución de la silla de tijera. Sin embargo, esta tipología también es común en otros países europeos. En algunos de ellos fueron asientos de honor hasta el siglo XVII.
Progresivamente pierden importancia en favor de las sillas de brazos, pero durante el siglo XIX y XX vuelven a producirse por considerarse una producción típica española. Este ejemplar imita las originales de época renacentista y posee una gemela en las colecciones del Palacio Episcopal.

Entredós

Estilo imperial
Segunda mitad del s.XVIII

El origen de este mueble se sitúa en Francia en el siglo XVIII. Se trata de un armario bajo con puertas al frente y, generalmente, de poco fondo. Su nombre procede de su ubicación más habitual, los paños de pared entre ventanas. Solían producirse en parejas y tuvo gran aceptación durante el siglo XIX.
En el centro de las puertas de este entredós hay dos escenas pintadas sobre sendas placas de porcelana. En ellas se representan arquitecturas de carácter popular. El resto del frente presenta diferentes motivos en bronce dorado a fuego.

Épergne

Escuela española
s.XIX-XX

Desde el siglo XVII se disponen en la mesa diferentes elementos que progresivamente han adoptado una función meramente decorativa. Entre ellos se encuentran los centros de mesa, el frutero o el conocido como “épergne”. Este último fue introducido desde Francia en el s.XVIII y solía utilizarse para contener cualquier tipo de comida o postre. Las argollas situadas bajo los leones alados de sus extremos podrían indicar que, inicialmente, estaba configurado por otros elementos.

Épergne

Escuela española
s.XIX-XX

Desde el siglo XVII se disponen en la mesa diferentes elementos que progresivamente han adoptado una función meramente decorativa. Entre ellos se encuentran los centros de mesa, el frutero o el conocido como “épergne”. Este último fue introducido desde Francia en el s.XVIII y solía utilizarse para contener cualquier tipo de comida o postre. Las argollas situadas bajo los leones alados de sus extremos podrían indicar que, inicialmente, estaba configurado por otros elementos.